
Dosto, así título a mi nuevo escritor favorito, es de cariño porque lo amo. Dostoievski es un escritor Ruso del siglo XIX, nunca me imaginé que fuera a estar escribiendo por gusto sobre él. En la prepa me tocó leer un poco de “Crimen y castigo” pero el simple hecho de verlo en un libro de literatura me dio flojera. A lo largo de mi vida el oponerme ha sido una constante. ¿Oponerme a qué?, a lo que sea que se pueda oponer uno, es mi naturaleza, me ha traído consecuencias buenas y en su mayoría malas. Yo me oponía a leer clásicos de la literatura, me daba tremenda hueva, prefería sumergirme en literatura beatnik pornográfica y controversial, y me perdí de todo un mundo de posibilidades y mundos.
En la introducción de “Poesía, pan de los elegidos” de Octavio Paz, Sergio Pitol dice lo siguiente:
- “El libro es uno de los instrumentos creados por el hombre para hacernos libres. Libres de la ignorancia y de la ignominia, libres también de los demonios, de los tiranos, de fiebres milenaristas y turbios legionarios, del oprobio, de la trivialidad, de la pequeñez. El libro afirma la libertad, muestra opciones y caminos distintos, establece la individualidad, al mismo tiempo fortalece la sociedad y exalta la imaginación.”
Me parece que para mi el primer libro que me ayudó a viajar, a volverme libre fue “Rosa está hecha un lío” de Juan Carlos Chandro, lo leí cuando tenía aproximadamente 8 años, y solo recuerdo estar en casa de mi abuela en posiciones absurdas leyendo sin poder dejar de devorar páginas. Recuerdo que mi mamá comenzó leyendo a mi hermana y a mí, pero para mi fue inevitable reservarme a que la lectura la hiciera solo mi madre, me opuse a la idea de que habría una hora destinada a viajar con los relatos de Rosa y decidí embarcarme en la obsesión literaria.
Cabe mencionar que mi ego mientras escribo esto me comparte lo siguiente: Que oso que estés hablando de tu primer éxtasis literario con un libro para niños, deberías de contarles que “La Náusea” de Sartre fue con el libro con el que experimentaste esas sensaciones. Y con consciencia, le respondo a mi ego que ¡Gracias por compartir! pero así no fue, con La Nausea de Sartre varias veces entre en sueños existenciales jaja, y me costó un huevo y la mitad del otro leerlo.
Se me hace curioso que el objetivo de este artículo sea hablar de Dostoievski y que yo haya terminado mencionando literatura infantil. Pero la importancia de mencionar ese libro que me marcó en mi infancia es que para mi leer “Los hermanos Karamázov” de Dostoievski generó esas mismas sensaciones con las cuales ese primer libro me hookeo.
Me considero de cierta manera un lector ávido, disfruto plenamente de el acto de leer, y en estos últimos dos años me he caracterizado por siempre estar leyendo, Luna Miguel dice que; “Leer es lo que se hace, mientras uno no esta follándo”, entonces se podrán imaginar como esta mi vida sexual actualmente si acabo de leer un librito de 1130 páginas jaja, pero bueno ese no era el punto.
La verdad no tengo ni la más remota idea de cómo llegó Dosto a mi vida. Utilizo una plataforma de lectura o no se que sea, llamada “Goodreads” en la cual tengo una lista de que quiero leer. Pero Dostoievski no estaba en esa lista, simplemente un día me encontré en El péndulo (la cual creo que es de mis librerías favoritas) y solo tenía una misión, quería leer un clásico. Me opuse a seguir leyendo literatura contemporánea, sentí que algo me hacía falta. Y se manifestó Dostoievski, y en particular “Los hermanos Karamázov”. Si yo tenía algún prejuicio ante cómo se veía la literatura clásica, “Los hermanos Karamázov” era el claro ejemplo de este prejuicio. Un libro de un escritor ruso, con un apellido rebuscado que pesara aproximadamente 1 kilogramo, o sea un tabique. A primera instancia al ver el libro me sentí claramente intimidado ante la pieza literaria que se encontraba ante mi, pero en la librería me lo súper recomendaron, y la verdad creo en que lo que es para uno, simplemente le llega, algo me llevó a escoger el libro de entre los demás que tenia pensado comprar y me lo lleve a casa, es como si fuera un perro en adopción o algo asi jaja, un ejemplar más de “Los hermanos Karamázov” había encontrado a su dueño.
Comencé a leer un tanto escéptico a si el libro fuera a gustarme, la edición que compré y me imagino que en general muchas de las ediciones contenía un prólogo en el cual se hablaba del autor su historia y sus demás novelas, leer 70 páginas solo de prólogo es algo que en general sucede cuando el libro va a ser particular, o estará muy malo y no vas a entender nada o agradecerás entender al autor un poco antes de leer libro porque quedarás sorprendido y enamorado de su lírica poetisa jaja, bueno claro está que hay una infinidad de posibilidades de porque un libro tendría un prólogo de 70 páginas, solo esas son un par de las que he experimentado.
Para mi la experiencia de un libro físico no tiene comparación alguna, no me llama la atención leer en formato digital y la verdad disfruto de sobremanera coleccionar libros, con ellos a mi alrededor me siento acogido. El libro de “Los hermanos Karamázov”, es una de las últimas adiciones a mi colección y solo disfruto verlo reposar en el librero, disfruto verlo y recordar todo lo que me regaló.
Ahora les compartiré un poco de lo que me regaló y la experiencia de leer un libro de semejante talla.

Para mi una de las ideas que más impactó mi mente, espiritu y alma fue la siguiente quote:
“Existo y Amo”, a través de esta frase pude liberarme de la cerrada idea existencial de pensar y luego existir planteada por Descartes. Me pareció que a través de esta frase pude reflejar el sentido de mi existencia en 3 concisas palabras, para mi hoy es importante tratar de habitar desde el amor, primero que nada conmigo mismo y después con quienes me rodean y con mi entorno.
Antes yo había leído una de las frases más célebres de este libro interpretada por uno de los escritores beatniks más reconocidos, Burroughs. El decía “Nothing is true, Everything is permitted”, el “Todo está permitido” de Dostoievski me lleva a nuevos panoramas de reflexión, sobre todo después de haber leído algo tan poderoso como: “Existo y Amo”.
La ambivalencia y el diálogo que encontré en los personajes de Dosto al expresar ideas como las anteriores, para mi fue sumamente enriquecedor intelectual y espiritualmente hablando. La verdad es que soy una persona que dentro de mi experiencia humana siempre me ha parecido interesante atentar contra el límite, ¿Si existen reglas, que no están hechas para romperse? era un poco mi manera de pensar y a veces sigo habitando desde esa filosofía, no me quiero pintar como un santísimo puritano. Pero lo que gracias a Dosto logre comprender es que si, cada individuo es libre de hacer lo que se le antoje, ya sea incluso matar, nada está prohibido en la experiencia humana. Pero hay algo sumamente importante que yo antes en mi mente fantasiosa e ingenua no había logrado comprender, uno no puede vivir sin consecuencias. Dejémoslo en remordimientos, el alma pura experimentará siempre el remordimiento. Y eso es lo que a mi me conmueve, yo he actuado desde el “Todo está permitido”, pero mi remordimiento siempre se ha acabado manifestando y haciéndose notar para que yo le preste atención y trabaje entonces en la purga de mi acción, o por lo menos ahí me encuentro al día de hoy.
Alguno de los personajes de Dosto, ya que no quiero dar spoilers, habla de que los hombres inteligentes se pueden salir con la suya, y cuando lei esto me senti un idiota. Y sí puede que existan hombres inteligentes, pero algunos tienen alma y otros carecen de ella. Dosto me ayuda a conectar con mi alma, y reflexionar con relación a mis acciones.
Dosto también me recordó el milagro de la vida y lo importante que es identificar y honrar mi éxtasis en esta existencia, para mi leer frases como: “Saber que el sol existe, ya es toda una vida”, es una experiencia espiritual, Dosto le recuerda al lector el milagro del orden, del tener vida, del tener consciencia, del tener alma. Vivo en un universo bondadoso y amoroso, confío en que la vida sucede para mi.
Otra de las cuestiones que me impactó fue la gran identificación que encontré con diversos de los personajes en la obra, en un momento me identificaba con Aliosha, y en otra página con Mitia y en otra idea con Ivan, y en otra acción con Fiodor Pavlovich y en otra frase con Iliusha y en una experiencia con Kolia. Para mi leer este libro fue en cierta manera leer mi vida con otros personajes. Y tal vez a veces por eso leo, porque me ayuda a acomodar mi existencia, a darle un sentido o una nueva perspectiva. Pero en este libro solo la manera en que sucedió lo que relato, fue muy especial y nunca antes lo había experimentado de esa manera, pensé en la película “Interstellar” y un poco en “Cloud Atlas”, imaginé que esas vidas que se describen en la novela también eran la mía en este presente, y esto puede que se deba a que realmente soy un ser humano más, no soy único en la experiencia, puede que muchos otros seres experimentan situaciones similares. Pero en definitiva noté una conexión particular con ciertas situaciones y vivencias, no puedo dejar de hacer hincapié en ello, también por eso se ha convertido en mi libro favorito al día de hoy.

Al final hubo dos situaciones en las que particularmente me sentí conmovido por el puente de identificación, una de ellas fue el castigo impuesto a uno de los Karamázov, no diré más detalles, porque no quiero que esto genere spoilers, genuinamente me interesa que haya más gente que lea este libro y con la quien pueda compartir lo experimentado en la lectura.
Y la segunda fue la muerte de un amigo querido a temprana edad, ese fue un hecho que marcó mi infancia y pude leer esa experiencia en otros personajes y con una perspectiva diferente que cuando en mi vida sucedió este hecho.
Para terminar este escrito, puedo decir que me quedan cortas las palabras para describir lo que este libro produjo en mí, me encuentro deseoso de continuar leyendo libros de Dosto. Me parece que es un autor que con extrema precisión examina al humano y sus comportamientos, para mi solo es una delicia disfrutar de ello, como comerse un buen éclaire.
También puedo concluir que Dosto rompió en mí el estigma de leer escritores u obras de literatura clásica, ahora me encuentro sumamente interesado en buscar expandir mis horizontes imaginarios, psicológicos, espirituales y literarios a través de obras del consciente colectivo, (especialmente las de Dostoievski jaja) la siguiente novela clásica que ha captado mi atención es “La montaña mágica” de Thomas Mann.
Por lo pronto, les recomiendo darse un clavado en las obras de Dostoievski, yo soy un novato en el tema, pero agradezco ya haber leído una de sus célebres obras. Hay mucho por leer, tanto que a veces me abrumo ya que pienso que la vida no me alcanzará. Seguiré nutriendo mi cabeza y alma con letras, lenguaje y libros, el gran regalo de la humanidad y espero poder seguirles compartiendo un poco de lo que leo y reflexiono. Porque en estos tiempos en los que la satisfacción se puede encontrar con tanta prontitud, leer es ser libre.
¡Sigamos procurando nuestra libertad!, una página a la vez.

EXISTO Y AMO
Andrés.
Deja un comentario